martes, 6 de noviembre de 2007

Una hora

Los primeros cinco minutos de espera tuvieron el encanto de los primeros pasos; los dos siguientes fueron un nexo entre la emoción y la duda límbica.
Duda que ocupó los siguientes trece minutos, hasta que el discurso que se hacía a si mismo llegó a su punto álgido.
El numero 4 y el numero 6 fueron de relativa paz (algun pensamiento xx cruzó su horizonte mental), de silencio embarazado de mitad de travesía.
En cambio el hijo 31 minutos tuvo todos los rasgos de la desesperación y el ansia, ademas de una concomitante molestia lumbar, unas ganas de reemplazar el plexo por algún programa de tele, de esos que siempre tienen algo para decir.
Asi hasta el minuto 45 que se coronó con las plumas roja y azul, que lo coronaban faraón al tipo que estaba en ese sueño autoproyectado y robado del Discovery channel.
Al llegar al numero 11, que decir? Había logrado esperar a que se pasara una hora durante 55 minutos. Si se rindiera ahora sería artistico, puede y no quiere, es libre, dios seguro tarda mas en llegar hasta él que esos 5 minutos, ha vencido y conocido su naturaleza a pesar de...
Una hora.

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